¿Por qué decidiste convertirte en médica veterinaria?

“Desde pequeña supe que quería ayudar a los animales y que mi meta era ser veterinaria para aliviar su dolor y brindarles una vida llena de amor y responsabilidad. Con el tiempo, comprendí que esta profesión va más allá de la atención médica: también busca crear conciencia sobre el respeto y el cuidado que merecen.

Mi mayor inspiración fue mi primera mascota, Duck, un hermoso pastor alemán que me acompañó en mis primeros años de vida como un verdadero amigo. Su lealtad y compañía despertaron en mí la vocación que hoy me guía cada día en esta carrera.”