¿Por qué decidiste convertirte en médica veterinaria?

“Decidí estudiar Medicina Veterinaria porque desde siempre sentí una conexión profunda con los animales. Con el tiempo comprendí que mi vocación iba más allá del amor hacia ellos: se trataba de sanar, de ser la voz de quienes no pueden expresar su dolor. Cada paciente representa un reto clínico, pero también una historia de vida y una familia que confía en nosotros.

Elegí esta profesión porque une la ciencia con la empatía, la razón con el corazón. Ser médico veterinario no es solo curar cuerpos, sino también cuidar vínculos, aliviar sufrimientos y honrar la vida en todas sus formas.”